Viene a propósito de la Romería de la Virgen del Castillo, de la que ya hemos dado cuenta en otras entradas (ver aquí).
Se trata de una piedra.
No son pocas las romerías en cuyo trayecto se encuentran rocas con las que se ha establecido algún tipo de relación, con frecuencia de carácter mítico, propiciatorio u otros. El caso que nos ocupa es algo más pragmático.
La señora Carmen, de Casa Tendero de Rodellar, recuerda que durante la romería se paraba en un lugar preciso, siempre el mismo. Está situado a escasa distancia de la Cruz d'as Graderas y lo ocupa una piedra de superficie bastante plana, lo suficiente para que fuera elegida para reposar la peana que transportaba la talla de la virgen. Se hacía así por seguridad ya que el Camino d'as Graderas a partir de aqui se vuelve más pendiente, no tan ancho y de firme más irregular. Por ello el número de porteadores pasaba de 4 a 2, y además señalaba el lugar donde se descalzaban para continuar la romería.
El libro publicado en 2012 sobre el valle (ver aquí) también recoge la utilidad de esta roca y lo ilustra con una fotografía de 1970 en la que podemos ver al señor Tomás Moncasi con sus nietas Ana y Chus junto a la peana que porta la Virgen del Castillo reposando en la piedra que nos interesa.
Hoy en día todos los que tomamos este transitado camino pasamos junto a esta piedra, sin sospechar nada de todo lo dicho.
Si las piedras hablaran...
ACTUALIZACIÓN (27 junio 2020)
Veamos algunas fotos más de la piedra y su entorno:
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