LAS RUTAS DEL SILENCIO

Un tournant a été marqué dans un monde qui meurt... Et cette impression d'une civilisation originale qui s'éteint dans le grand creuset aveugle de la vie moderne, nous la retrouvons à chaque pas... Hier notre guide nous a montré dans le ravin de Barrasil une multitude de champs de blé grands comme de mouchoirs de poche; les paysans les ont patiemment taillés sur la pente abrupte désempierrée, défrichée, au prix souvent d'une heure de marche; il fallait cela pour nourrir des villages surpeuplés. Mais d'année en année la jeunesse s'en va, attirée par le développement industriel de Lérida et de Barcelone. Et les champs suspendus retombent en friche... Abandonnée aussi l'eau salée d'une fontaine que l'ont faisait évaporer au soleil pour avoir sa provisions de sel, les falaises de calcaire et de gypse dont on tirait la chaux et le plâtre, -"un plâtre bien meilleur que celui qui nous vient maintenant de Madrid". Louis Laborde-Balen, 1965

Mais réduire l'intérêt de cette montagne aux pittoresques étrangetés visibles (...) serait trahir la vraie nature de ce massif. Parce que dans ce coin retiré de hautes terres, l'ambiance prévaut toujours sur le paysage. L'obsession de l'eau rare, une communion intime avec la pierre torturée, cette solitude sans partage, voilà qui constitue, au fond, l'attrait réel de ces lieux; voilà aussi les test grâce auxquels la sierra de Guara reconnaîtra les siens! Pierre Minvielle, 1966

Nous nous reposons examinant les lieux. En contrebas, 300 m environs, l'on voit où l'on devine le fond du barranco. Des ramiers que nous envions se poursuivent dans l'étroit couloir de 3 à 4 m de large qui serpente à travers falaises et redents. 100 m plus haut, la cassure s'élargit, d'immenses gradins montent vers nous, par endroit le calcaire gris, bleu ou rouge fait place au vert profond du buis et des lentisques. Au travers surgit une forêt d'aiguilles où les choucas slaloment sans problème. Plus haut, presque à la crête terminale, impassibles, souverains, des couples de vautours ont entrepris une ronde qui va s'élargissant. L'ont resterait là des heures, pas un bruit, pas un cri, si ce n'est de braillards choucas procédant à quelque élection. Nul ne parle, comment dire ce que nous ressentons, décrire ce que nous voyons... Christian Abadie, 1971

Existir en la memoria es una de las formas más poderosas de existencia que conocen los humanos (...) Y ya se sabe que la nostalgia es una expresión suave y resignada del miedo. Sergio del Molino, 2016

martes, 4 de noviembre de 2025

Y UN NUEVO BARRANCO O TOSCAR

Seguimos repasando las consecuencias del tremendo temporal de agua que cayó en septiembre de 2024 en el Valle de Rodellar (ver aquí). Tuvo especial virulencia en su límite occidental y ya hemos dado cuenta de algo de ello en las tremendas modificaciones ocasionadas en la morfología de los barrancos Trensús (ver aquí) y a Peonera (ver aquí).

EL BARRANCO O TOSCAR
A diferencia de los mencionados Trensús y a Peonera, este de o Toscar es extremadamente más modesto. Apenas una vaguada que baja rectilínea desde la Corona o Mallatar (ver aquí). Hasta las lluvias del año pasado parecía, y tal era prácticamente su entidad, una canal boscosa.

Situación del Barranco o Toscar visto desde el Puntal d'a Calma.

La cosa ha cambiado:

El Barranco o Toscar antes de las lluvias.
El Barranco o Toscar después de las lluvias.

Y ampliando las imágenes:



Se observa perfectamente desde la carretera que lleva a Rodellar.

Queda claro que la precipitación que cayó por estos lugares afectó al Barranco o Toscar con el ímpetu que ya vimos en otros:

En los recuadros rosas vemos el barranco que ya comentamos en su momento (y que presenta diferentes nombres a lo largo de su recorrido: 1 os Barrancos, 2 Barranco Foncina, 3 Barranco Trensús, 4 Barranco a Peonera).
La línea roja 1 sitúa el Barranco o Toscar, ya al otro lado del cordal que lo separa de los anteriores barrancos.

(Fuente mapa: IGN, serie MTN25, 249-III Labata, 3ª edición, 2014)

El Barranco o Toscar se encuentra en la cabecera del Barranco as Vaquerizas (ver aquí). Esta cabecera es difusa y recibe la aportación de diferentes vallonadas, la más notoria de las cuales es precisamente el barranco que nos ocupa:

Las flechas negras señalan el Barranco as Vaquerizas, el cual desemboca en el río Alcanadre por su margen derecha, la doble flecha rosa resigue la Loma as Vaquerizas y la línea roja sitúa el Barranco o Toscar.
(Fuente mapa: https://www.ign.es/iberpix/visor/)

ESTADO ACTUAL DEL BARRANCO (en sentido ascendente)
Los cambios producidos van en relación a su pendiente y a la linealidad de su trazado. Ambos favorecieron la velocidad de la tromba de agua.

La amplia y suave vaguada de cabecera canalizó el agua hacia la estrecha y más pendiente canal.

Curso final
La glera de esta última parte del barranco, cada vez más difuminado entre la vegetación y lo plano del lugar, ha cobrado completo protagonismo arrasando toda la zona de cauce y proximidades:



Este es el tramo inmediatamente a continuación del corredor final (doble flecha roja discontínua). Pese al acusado giro del barranco el ímpetu ha sido suficiente para desmantelar su continuación.

El tramo último del barranco tenía, al igual que su continuación por el Barranco as Vaquerizas, diversos muros de piedra seca que aterrazaban el lecho.


Izquierda: muro de la zona más inferior.
Derecha: muro algo más arriba, sepultado entre el arrastre de grava.
De este muro solo se ha salvado su prolongación por la orilla izquierda.

El arrastre de piedras se infiltra entre la vegetación del tramo final:



Corredor final
Es el tramo más visible desde el exterior, un reguero blanco entre la vegetación.

La base, justo donde el cauce gira a la izquierda, es el lugar donde más amplia es la excavación y más grandes son los bloques.

Recto hacia arriba sigue un gran canalón completamente desmantelado y progresivamente estrecho:


A lo largo de este tramo algunas piedras puestas al descubierto revelan un pasado más activo, con un circulación de agua mucho más presente:


Restos de erosión hídrica.

Resalte inferior
Cuando el barranco se estrecha aparece un primer resalte rocoso bien pulido:

Aparece el lecho de roca viva, bien pulido.

Este resalte también es visible desde el exterior.

Tramo entre resaltes
Por encima, la estrechez de la vaguada ha generado un canalón completamente desmantelado y oculto entre la vegetación:


Resalte superior
En lo alto del canalón el cauce presenta un saltadero acusado pero también escondido. Se trata del escarpe que inicia la parte más empinada del Barranco o Toscar tras la suave vaguada de cabecera.

Dos tramo a corta distancia uno del otro. El segundo, más vertical y escalonado, forma un bonito y pulido canalón.

Cabecera
Todo este tramo superior, ya lo hemos comentado, es una suave vaguada de apenas relieve (pero que capturó la lluvia caída y la envió hacia el más acusado tramo inferior).
En esta zona el cauce sigue siendo bastante arbustivo y vestido en general, solo en las proximidades del resalte superior mencionado aparece ocasionalmente algo desmantelado.

UNA OJEADA AÑOS ATRÁS
La comparación entre ortofotos nos permite darnos cuenta de algún detalle interesante:

Izquierda: ortofoto del año 2021. Derecha: ortofoto del vuelo americano de 1956)
Los recuadros blancos nos muestran los mismos sectores que hemos comentado antes.

(Fuente: https://visualizadores.ign.es/comparador_pnoa/)

En su conjunto, la imagen de 1956 muestra un cauce mucho más visible y que fue vistiéndose progresivamente hasta la avenida de 2024. Apenas debió ser un barranco activo al menos en los siglos recientes, lo que explica la existencia de aterrazamientos en el curso inferior. Pero sí lo debió ser a lo largo de su historia, como prueba no solo la erosión de parte del lecho reaparecido sino también la existencia de glera en su tramo final y que se evidencia en ambas ortofotos.

Lo cierto es que la geografía muestra las evidencias que la naturaleza, tarde o temprano, se encarga periódicamente de demostrar.



jueves, 23 de octubre de 2025

DE LA NOTICIA Y DE LA DISCRECIÓN

Todas las antiguas vidas del Valle de Rodellar formaban parte de la normalidad de los días. En general no hubo nunca mayor trascendencia que la memoria local, que se transmitía verbalmente, sin importar la singularidad de lo que aconteciera. La inmensa mayoría de todo ello se ha perdido con la despoblación y el paso de los años, que tantas otras cosas se han llevado, ya lo sabemos. A fuerza de preguntar a quienes entonces todavía vivían, sabemos de algunos hechos bien meritorios, muy curiosos algunos, impensables unos pocos, ciertos todos.

Y es así que sabemos que a o Picón de Cuervo no subieron por primera vez tres catalanes en 1971 sino, unas cuantas décadas antes, el señor Cándido Lacoma de la casa homónima de Rodellar (ver aquí).
O que el señor Esteban Bergés, de casa Tejedor de Otín, entró por simple curiosidad, y mucho antes que los barranquistas, en el interior de la "cueva" de os Escuros del Barranco Mascún (ver aquí).

Y que unos pocos vecinos de Otín cruzaban por la muy difícil Espata (ver aquí y aquí), también en Mascún...

A ESPATA
En los dos enlaces anteriores podemos saber de este espectacular lugar, bien conocido, del Barranco Mascún:

El recuadro naranja señala a Espata, el recuadro rosa la arista rocosa donde se encuentra o Aujero (ver aquí), el recuadro rojo señala o Puntarrón (ver aquí) y la flecha rosa indica la zona donde se encuentra o Fornacal d'Otín (ver aquí).

Ya hemos comentado en la ficha de la toponimia (ver enlace más arriba), que el nombre de a Espata alude con toda probabilidad a la propia aguja rocosa, cuya forma replica la de una espada. De hecho, quienes nos hablaron de este lugar (Severo Allué, Esteban Bergés, Juan José Santolaria y Antonio Monclús, todos ellos habitantes de Otín -ver página de 'informadores') se referían a este temible paso citando el lugar y no tanto el propio paso. Bien puede decirse que 'a Espata' es tal paso que se encuentra en tal lugar.
También comentábamos en la ficha que esta aguja fue mencionada por Pierre Minvielle en su libro de 1974 como "Punta del Puyal" denominación que ninguno de los cuatro informadores de Otín mencionados conocían y que este autor, en este como en otros casos, confundiría.

Pues bien, este formidable espinazo del Barranco Mascún que guardaba casi olvidado este viejo y expuesto paso, ha guardado en nuestros días otra historia que, aunque moderna, ha permanecido igual de discreta y desconocida.
Merece mencionarse y hacer una reflexión a todo este respecto. Veamos.

19 de agosto de 2022
En esta fecha el escalador Edgar Tous publica una entrada en su blog Penjant d'un fil en la que explica sus escaladas precisamente en a Espata (ver aquí). A su fijación por esta esbelta aguja se añade el interés de lo que allí se encontró: una escalada anónima por el elegante perfil que mira a o Puntarrón. Lo dice claramente:
"El recorregut més cridaner és una evident aresta que mira directamente al Puntarrón però que va a resultar que ja està oberta, doncs hi vaig trobar alguna expansió i algun pitó"
La reseña de esta vía desconocida la encontramos en el blog La noche del loro 2 de Luichy, en la entrada en la que se hace eco de lo reseñado por Edgar Tous (ver aquí):

Esta es la vía de escalada, bien estética. La reseña debe ser del propio Edgar Tous, ya que es del mismo estilo de la que publicó en su blog.

En la referencia de Edgar Tous la aguja vuelve a ser bautizada, esta vez como "Atalaya del Mascún", y Luichy añade, por indicación de Àlex Puyó, que el nombre es "Aguja del Puyal". Denominaciones todas erróneas como hemos visto más arriba.

UN MUNDO AL LADO DE OTROS
Estamos muy acostumbrados a tener noticia de lo que se hace, y propensos a la admiración del prójimo. Cada cual piensa (pensamos) en añadir la propia cuota de vanagloria, grande o pequeña, pocas veces privada y más a menudo pública.
Pero ¿qué sucede con lo que no se dice?
En este mundo de información vivimos desinformados. Y es así porque hay otro mundo que permanece callado, que simplemente se limita a hecer, sin buscar nada más. En un momento dado puede salir a luz, o tal vez no, permanecer siempre en el anonimato, incluso en la inexistencia.
Hoy por hoy esta formidable arista-espolón en a Espata nos enseña dos cosas. La primera que sabemos su nombre, el de la aguja, de casualidad, pues la memoria de quienes la conocían desaparecía con ellos. La segunda que hay escaladores que escalan para sí mismos y para nadie más, o que por alguna razón mantienen callada al menos parte de su actividad.

martes, 21 de octubre de 2025

A CUEVA AS GALLINAS. Dónde y por dónde

Con anterioridad hemos explicado la pequeña historia que acompaña a esta modesta cueva (ver aquí). A la vez indicábamos su carácter escondido, favorecido por la disposición a favor de la sucesión de crestas y nervaduras más o menos marcadas que configuran todo este lugar llamado, consecuentemente, a Ralla as Gallinas (ver aquí). Un roquedo típico de lapiaz.

Localización de a Ralla as Gallinas en la margen derecha del río Balcez.

Es pues momento de precisar dónde se encuentra.

En la actualidad, lo más simple es comenzar desde el mismo inicio de Fajacheto e ir descendiendo por el espectacular y aéreo borde del cresterío (el principal, sino la propia, Ralla as Gallinas). Cada vez se perfila más y llega un momento en el que se vuelve muy escarpado y prácticamente se corta, quedando a mano derecha una especie de pequeña vaguada: en ella se encuentra la Cueva as Gallinas. Para alcanzarla abandonaremos la zona de cresta y bordearemos el escarpe por la derecha hasta poder entrar en la mencionada vaguada.

A Cueva as Gallinas (señalada por la flecha roja) se encuentra escondida en la misma cabecera de la pequeña vaguada, tras la cortina de bojes. Se ve el borde de cresta que cae al fondo del cañón del río Balcez.
Desde el interior de a Cueva as Gallinas el pasado 19 de octubre de 2025.

El punto rojo sitúa a Cueva as Gallinas y la doble flecha naranja el Camino Fajacheto justo en la curva donde se inicia Fajacheto y se interna en el ámbito del cañón.
La doble flecha roja/recuadro rojo señalan el camino que comentaremos a continuación.

(Fuente: https://visualizadores.ign.es/comparador_pnoa/)

Sin embargo, en la ladera próxima a la cueva y alejados del acantilado encontramos algunos restos de camino:


La foto de la izquierda corresponde a la doble flecha roja/recuadro rojo de la imagen de mas arriba; la traza del camino es bien evidente y le acompaña un antiguo mojón de piedras. Mojón que no es el único, como muestra el de la foto de la derecha, situado en sus cercanías pero en dirección al acantilado.


De nuevo la doble flecha naranja recorre el Camino Fajacheto en el mismo lugar indicado anteriormente, el círculo rojo sitúa a Cueva as Gallinas y la flecha roja el camino mencionado.
(Fuente: aplicación Mapas de Apple, versión 3.0)

Se diría que se trata del antiguo camino que llevaba a la cueva desde el Camino Fajacheto. Quizá zigzaguera por el lapiaz desde la entrada de la faja (y de ahí el otro mojón que hemos visto) o a lo mejor se cogía antes, más directamente atravesando la ladera.
Misterios que ya nadie nos podrá resolver.


jueves, 11 de septiembre de 2025

... Y UN NUEVO BARRANCO A PEONERA

En una entrada reciente dimos cuenta de las modificaciones sucedidas en el cauce del Barranco Trensús (ver aquí) como consecuencia de la excepcional avenida de agua producida por el tremendo temporal de septiembre de 2024. Veremos ahora lo sucedido aguas abajo, donde el barranco cambia de nombre y coge el de Peonera (ver aquí).

Este barranco, independientemente de sus afluentes, posee una larga y extensa cuenca. Su cabecera nace de la unión de dos vallonadas, igualmente largas, que se inician en el cordal-divisoria con el río Alcanadre. Muchas hectáreas que pueden capturar una gran cantidad de lluvia...

Línea marrón: Barranco de Cambol. Línea morada: o Reguero a Valle.
Línea azul: os Barrancos. Línea rosa: Barranco Foncina. Línea naranja: Barranco Trensús. Línea roja: Barranco a Peonera.

(Fuente mapa: IGN, serie MTN50, 249 (30-11) Alquézar, 2ª edición, 2012)

Queda claro que el Barranco a Peonera es el último tramo, el que desemboca en el río Alcanadre (y no el cañón de este último, como aparece en la práctica totalidad de las publicaciones).
Y es precisamente en su final, cuando queda atrapado por los acantilados del cañón, donde se encajona y presenta una interesante garganta. De esta nos vamos a ocupar.

LOS CROQUIS
Lo bajamos el 15 de noviembre de 1992 José Antonio Cuchí, Ramón Bitrián y Enrique Salamero. Así lo anoté:


Lo nombré Barranco Foncina, todavía no sabía el intríngulis de su toponimia. Al día siguiente pasé a limpio las notas del croquis:

Solo tres rápeles y un solo spit.

He vuelto otras veces y en una de ellas, el 6 de agosto de 2011, ya tomé fotos.
El otro día, 7 de septiembre de 2025, volvimos para ver qué había pasado visto lo sucedido con Trensús. Volví a rehacer el croquis y a tomar fotografías para poder comparar. El croquis es este:



Impresionantes los cambios que vimos. Veamos en detenimiento.

LOS CAMBIOS
Tomaremos como referencia los dos croquis:

Los recuadros remiten a las fotografías que ilustran las modificaciones más importantes.


Los números de los apartados que siguen a continuación remiten a su localización en ambos croquis y muestran las modificaciones más notorias o vistosas.


1. PASILLO INICIAL

Dos tramos distintos del sector estrecho del comienzo. Izquierda: vista aguas arriba. Derecha: vista aguas abajo.
El cauce aparece removido y arrastrado, algo más hondo también.

2. PEQUEÑA MARMITA-TRAMPA

La poza de la marmita se ha vaciado más (sin el relleno de grava el agua se mantiene visible).
Los verdines de las rocas han desaparecido y la vegetación del lateral izquierdo ha desaparecido (queda un pequeño tronco y algunas raíces).
Al fondo, la pared lateral ha sido impactada y cuarteada. También un poco en primer plano a la derecha.

3. PRIMER ENSANCHE

A la izquierda se ve el lateral izquierdo desmantelado por el ímpetu del agua, pero todo el lecho que sigue aparece también completamente removido incluido el inicio del siguiente estrecho.

4. BLOQUES DE ENTRADA AL INICIO DEL DESFILADERO

Una primera modificación impresionante. El arrastre de grava ha sido de tal magnitud que ha colmatado el pasillo que discurría bajo el bloque empotrado que existía (recuadro rojo). En estos momentos ese bloque, ahora sin vegetación y más pulido, queda a nivel de suelo y presenta un resalte poco fácil de descender. El bloque anterior (doble flecha naranja) ya no supone el antiguo resalte de 3m.

5. BLOQUE EMPOTRADO AL INICIO DEL DESFILADERO

El mismo bloque, antiguamente empotrado, visto desde aguas abajo. Por debajo se ve claramente todo el relleno reciente de piedras que ha taponado su acceso.

6. SALIDA DEL DESFILADERO


Pasado el desfiladero anterior un nuevo ensanche muestra un desmonte que ha socavado y arrasado la margen izquierda, llegando incluso a golpear la pared de la margen derecha.

7. INICIO DEL SIGUIENTE ENSANCHE

Pasado el estrechito que sigue se inicia el tramo con mayor transformación del barranco. Justo a su salida la orilla izquierda ha sido profundamente socavada y la grava del cauce muy removida.

8. ENSANCHE PREVIO AL GRAN BLOQUE EMPOTRADO

Todo el tramito que sigue hasta el "viejo" (luego veremos por qué) bloque empotrado, es el tramo de barranco con mayor transformación. Es muy evidente el desmantelamiento del cauce dejando visibles las raíces y moviendo/rompiendo grandes bloques
El recuadro rojo localiza el socavamiento de la foto anterior (7). El recuadro morado lo mostraremos en la foto 9.
El recuadro rosa señala el "viejo" bloque empotrado y el recuadro naranja el "nuevo" bloque empotrado.
La doble flecha naranja discontinua muestra el nivel del antiguo cauce.

9. BLOQUES DEL LATERAL DERECHO

Un ejemplo del movimiento de bloques en el lugar de la foto 8. Solo el bloque del recuadro rojo parece mantenerse entero y en su sitio.

10. EL VIEJO BLOQUE EMPOTRADO

El viejo bloque empotrado sigue empotrado. Lo que ya no es igual es el espacio que queda por debajo.
La doble flecha discontinua roja marca el nivel del suelo anterior evidenciando el vaciado de grava, la aparición de nuevos bloques y una mayor altura de paso.

11. LOS DOS BLOQUES EMPOTRADOS (el viejo y el nuevo)

Desde aguas abajo vemos los dos bloques empotrados actuales: el viejo (recuadro rosa) y el nuevo (recuadro rojo).
El nuevo bloque empotrado (recuadro rojo) ha tomado un protagonismo que antes no tenía, pasando de ser una simple roca a nivel del suelo (solo en el momento de su destrepe se averiguaba la naturaleza de su posición) a figurar como un gran bloque empotrado perfectamente expédito que se franquea por debajo salvando un resalte escalonado de unos 4 m (ver también foto 7).
Por supuesto, la vegetación que acompañaba a ambos bloques ha desaparecido por completo.

12. ACCESO AL RÁPEL LARGO

Entre los mencionados bloques empotrados (el recuadro rojo señala el "viejo") y la cabecera del rápel que sigue, encontramos actualmente un fondo de garganta limpio de matorral y repleto de bloques removidos que dificultan el paso donde antes el tránsito era mucho más sencillo.
El punto azul señala el bloque de la cabecera de rápel (ver foto 13). Los círculos rojo y naranja localizan otros bloques de referencia.

13. CABECERA DEL RÁPEL LARGO

El gran bloque que tapona el cauce y da paso al rápel, sigue tal cual pero su entorno aparece ahora completamente limpio y despejado.
El viejo rápel (círculo rojo) ya no se utiliza, en su lugar se baja desde la izquierda.
De los bloques que se ven en la fotografía de 2011 solo se mantiene el del punto rosa, los dos del punto naranja han desaparecido pese a su tamaño.

14. AGUAS ABAJO DESDE LA CABECERA DEL RÁPEL LARGO

Desde la actual instalación del mencionado rápel se observan muy bien los drásticos cambios producidos aguas abajo.
De los tres bloques (recuadro rojo) que dan paso al siguiente rápel (ver foto 16) el marcado con el punto rojo se encuentra actualmente partido. La continuación garganta abajo (recuadro rosa) ha recuperado su condición mineral sin quedar rastro de vegetación.

15. RÁPEL LARGO DESDE SU BASE

Los grandes bloques, los que sustentan todo el entramado, siguen en su sitio. La pared de la margen derecha aparece castigada por el impacto de rocas y los dos viejos troncos 1 y 2 han desaparecido. La costra de sedimentación de la base (recuadro rojo) está partida y más revuelta, y se ve un nuevo bloque (punto rosa) ¿caído de arriba?

16. CAÑONCITO FINAL

La cabecera del rápel que sigue (ver foto 14; este rápel era un destrepe según el croquis de 1992) es ilustrativa. Ahora se ve todo el final del barranco, tapado antes por altos matorrales. Es muy evidente la magnitud y alcance del desmantelamiento producido: ahondamiento del cauce en las inmediaciones del resalte, acumulación de grava posterior y bloques removidos en la cabecera de lo que será el siguiente rápel.

17. PENÚLTIMO RÁPEL

Estos último metros del barranco, subexcavado entre los dos rápeles del final, concentraron todo el ímpetu que quedaba de lo que hemos visto hasta aquí. Solo la roca encajante y el gran bloque permanecen. El lecho ha sido vaciado hasta tal punto que ha aparecido la roca de base con un nuevo resalte y una poza (de escasa profundidad). El bloque señalado con el punto rojo, y alguno que se va más atrás, ya no está.

18. CABECERA DEL ÚLTIMO RÁPEL

La intensidad de lo visto en la foto anterior llega hasta la cabecera del siguiente resalte. El resalte de dos metros ya no está, algunos de los bloques han sido partidos y el relleno de grava incluso vaciado (todo ello puede verse en el recuadro rojo). La llegada al río Alcanadre se ha limpiado por completo de vegetación (recuadro rosa).

19. BASE DEL ÚLTIMO RÁPEL

Tiene gracia que el bloque señalado por el círculo rojo se haya salvado. Probablemente lo deba a su situación interior y al caudal ya liberado sin obstáculos al llegar al cañón.

20 - 21. DESEMBOCADURA

La llegada al río Alcanadre está hoy en día allanada: ni bloques de piedra, ni árboles, ni arbustos. Solo grava y roca viva.
El agua clara y limpia.


Y todo esto en un barranco habitualmente seco y de régimen estrictamente torrencial, de muy rara escorrentía.
Pese a su modestia este barranco, como el de Trensús, ha sufrido la transformación más importante ocurrida en el ámbito de la Sierra de Guara en muchas décadas.