Se trata de un lugar del río Alcanadre cuyo acceso es relativamente sencillo si se remonta por el río pero muy complicado si lo hacemos fuera de él. Este último era, evidentemente, el utilizado tradicionalmente por los cuchareros y pescadores del Valle de Rodellar que, pese a sus dificultades, hasta allí decidían acudir atraidos por las truchas y los buenos ejemplares de boj.
Para más detalles ver la ficha del Atlas de Toponimia (aquí).
ENCONTRANDO LA SENDA
Reparar en ella desde as Arrallas no es evidente en la actualidad ya que la traza está desaperecida y solo muy de vez en cuando se atisba algo, como pudimos constatar en el propio Camino d'as Arrallas.
Sin embargo, desde abajo es muy sencillo ya que no hay equivocación posible.
El itinerario parte desde el lado izquierdo del caos de grandes bloques (bozos según se decía) que configura el lugar.
Inicio
La referencia es una carrasca de grandes dimensiones. Se encuentra a algunos metros del suelo y en el inicio de una canaleta que constituye el único punto débil en los escarpes de esta vertiente. Con cuidado se trepa fácilmente (tierra y rocas) accediéndose así a una amplia cornisa.
Continuación
Recorriendo la cornisa hacia la derecha, aguas abajo, se atraviesa sin camino un bosquecillo de bojes y árboles de poca altura, siempre pegados a la pared rocosa.
Se accede así a la parte inferior de una glera (pedrera), la que veíamos en las fotos de más arriba.
A partir de aqui el itinerario sube próximo a la pared rocosa de la derecha, pasando junto a la llamada Cueva Larga, alcanzando después una divisoria y remontando a continuación hasta el promontorio del Camino d'as Arrallas (ver fotos del inicio).
Restos
Prueba de aquella antigua frecuentación son los restos que se encuentran diseminados, principalmente en las cornisas mencionadas aunque también entre los bloques y viras de la margen izquierda del río.
No encontramos tresmallos ni ninguna de aquellas cañas de pescar que, según me contó hace tiempo el señor Antonio de casa Arilla, escondió por alguna de las muchas rendijas y grietas de estos lugares.
CÓMO SE IBA HASTA OS GANCHOS (resumen de los caminos)
Primero lo ubicamos en una panorámica y un mapa:
Cuatro eran los caminos utilizados:
- Hasta Seral. Perfectamente conocido y descrito en numerosas ocasiones.
- Desde Seral a Canibiso. Prácticamente perdido y que ya hemos reseñado en otra entrada (ver aquí).
- Camino d'as Arrallas. Más perdido todavía. También lo hemos reseñado (ver aquí).
- Bajada a os Ganchos. Igual de perdido. Es el que acabamos de comentar.
Aunque realmente os Ganchos es un sitio muy apartado no es menos cierto que hoy en día nos lo parece mucho más de lo que era en aquel entonces. En aquellos tiempos este lugar y muchos otros estaban limpios de acceso (y el monte mucho menos vestido), existía un camino que, por complicado que fuese, indicaba el paso y ahorraba tiempo y esfuerzo.
En tan solo una generación este tipo de sendas han pasado de existir a desaparecer, de ser conocidas a caer en completo olvido.
Cuando en 1988 el señor Antonio Javierre, de casa Arilla de Rodellar, me hablaba de os Ganchos éste era para él un lugar perfectamente evidente. Pero solo lo era para él (y para unos pocos de su edad). Y lo empezó a ser para mi a partir de ese entonces, en el que tantos lugares de estos barrancos empezaron a tener su verdadera carta de naturaleza, una existencia que estaba empezando a ser lentamente borrada por el desconocimiento y la falta de relevo generacional. El hilo de transmisión estaba virtualmente roto.
Han pasado 31 años para que os Ganchos vuelva a ser recordado como un sitio al que se podía llegar. Aunque el señor Antonio ya no esté.
No hay comentarios:
Publicar un comentario