lunes, 19 de marzo de 2012

COLGAR EL MORRAL

Aún quedan por el monte unos curiosos testigos de la vieja actividad humana. Cumplían una función precisa: colgar el morral, para tenerlo a mano y fuera del alcance de los bichos.
Se trata de palos de madera que se empotraban en las grietas de las rocas, normalmente en abrigos o covachones. Servían así a los pastores, cuchareros o pescadores que antaño recorrían estos parajes con frecuencia.
Y todavía resisten algunos el paso del tiempo.
Vayan aquí cinco ejemplos:

COBAZA DE SAN MARTÍN
Lugar donde se recogía el ganado de Cheto en su deambular hacia los altos del Cerro Balcez.

En lo alto de la Canal d'o Pino, casi en la punta del Cerro Balcez y no lejos de la cabañera.

CUEVA D'O CAMPO ARILLA
En la cabecera de estos antiguos campos, casi reconvertidos en ladera y junto al camino que desde a Estibiacha baja resuelto hacia Balcez.

Escondido lugar de cuchareros en los escarpes de cabecera del Barranco Gradillón.

Varios de los diversos palos que se reparten por los covachones de pescadores de a Chasa.

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