jueves, 22 de marzo de 2012

ARBELLONES. Proteger y ayudar

Suena bien. Y es admirable. Los arbellones son así también. A veces discretos, siempre eficaces. Al menos así lo eran antes. Ahora llaman la atención a la mirada curiosa de quienes apreciamos los muros y paredes de piedra seca.
Un arbellón es un hueco practicado en un muro y conformado por diversas piedras que le dan forma y consistencia. Delante de ellos, en el mismo camino si lo había, se disponían a menudo algunas piedras con el fin de desviar el agua ocasional. Así es como protegían. Pero también ayudaban: el agua pasaba a huertos y fajetas procurando el riego de una lluvia que no caía directamente sobre ellas. Y con el agua, también entraba frecuentemente el fiemo resultante del paso contiguo de ganado. Muros y caminos se daban así la mano.
Estas fotos muestran dos arbellones dignos de mención. Se encuentran muy cerca de Cheto, en el camino que se dirige hacia el norte en busca del Barranco la Virgen.

Este gran arbellón canaliza bastante bien el agua que alguna tormenta importante vierta en la inmediata Barranquera Cheto. La lastra natural de roca indicaba también al constructor lo favorable del lugar.



















Este arbellón es mucho más pequeño y esta vez sí ha habido que construir la hilerita de piedras que desvíe el caudal de agua. En la imagen de la derecha se ve muy bien la hilerita y también como, pese a su tamaño, la única olivera de la fajeta le agradece su servicio.

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