A escasos kilómetros de Rodellar, la pista primero la carretera después, rompió la barrera de roca y el muro de piedra seca. No es nada nuevo. Y hace mucho tiempo de ello. Las comunicaciones se han ido abriendo paso, cada época que pasa con menos miramiento.
Junto a ellos la roca sigue también su proceso. Bien diferente.
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