Desde o Barrio Bajo d'Otín subimos ta o Barrio Alto.
El camino quizá esté un poco descuidado. As paredes de piedra ya no se apañan cuando alguna se viene abajo. Pero aún está y se sigue bien.
Os árboles parecen los habitantes de siempre. Allí están. Y se puede pasear bastante bien entre ellos.
As casas incluso parecen en pie vistas desde por aquí.
Y la primavera ya está por estos rincones. Pronto se vestirán as ramas.
Cuando veo estas perspectivas, me gusta imaginarme que hay vida, más allá de esa pequeña hepática. Que estoy viendo lo mismo que veían hace 60 años cuando recorrían este mismo camino con algún recado...
ResponderEliminarQué áspera y que bonita es esta sierra.
Un saludo,
A mi me pasa algo parecido.
EliminarCon el paso del tiempo, y tras haber conocido a quienes habitaron estas casas y lugares, no me cuesta ningún esfuerzo imaginármelos allí, tal cual, cada vez que paso. Como si tal cosa.
Es como si, a partir de cierto momento, y aún sabiéndolo, no estuvieran (o ya no los pueda ver), nunca más, deshabitados, ni derruidos.
Es una sensación, una certeza, de compartir y pertenecer.
Gracias por tu apreciación.