martes, 19 de mayo de 2015

UNA PEQUEÑA PILA DE PIEDRAS AL SALIR DE NASARRE

No sospechábamos su existencia. Cuando volvíamos de Miz (ver aquí) lo vimos inesperadamente asomar por encima de una lometa. Justo se le veía, hubiera sido muy fácil no reparar en él.



DÓNDE SE ENCUENTRA
Sin embargo, no nos será difícil dar con él.
En Nasarre, junto a la iglesia de San Andrés, hay que tomar el viejo y bonito camino que arranca entre muros de piedra seca en dirección a otras poblaciones con la misma, deshabitada, suerte: Alastrúe, Bibán, Miz, Binueste...
Al poco, el camino da paso a una de tantas pistas petroleras. Justo antes de bajar a un amplio campo abandonado con una preciosa borda, a mano izquierda veremos, asomando entre bojes y arizones, las piedras cimeras de nuestro pedestal.

Desde la torre de la iglesia vemos los caminos. El rojo lleva a Otín y la Pardina Bellanuga. El naranja es el nuestro. La flecha azul señala dónde se encuentra la Cruz d'Asoma (ver aquí) y la doble flecha rosa el escondido Barranco Mascún.

Los días despejados permiten una vista amplia y sosegada:

El recuadro naranja señala la iglesia de San Andrés de Nasarre. El punto rosa sitúa el Paco Nasarre.
Es también un buen lugar para observar las dos Santa Marina (ver aquí).


QUÉ ES (Y QUIÉN)
El día que la vimos por primera vez pensé inmediatamente en una antigua cruz de la que solo quedara el pedestal. Ahora, que ya sé de que se trata, es fácil reparar en el inusual encaje de las piedras y lo poco compacto del conjunto para lo que suelen ser este tipo de construcciones.
¿Qué es pues? ¿Qué hace allí?
La respuesta vino de la señora Carmen Laliena, nacida en Casa Aliena de Nasarre y casada con el señor Emilio Ballarín de la casa homónima de o Barrio a Honguera en Rodellar.


Carmen y su marido Emilio a la puerta de su casa en Rodellar en el verano de 2001.

El pedestal de piedras fue construído, un buen día, por puro placer. Fue una (feliz) ocurrencia, a saber cual, del hermano de Carmen: José Laliena. Ya eligió bien el sitio.
Se mantiene todavía en pie. Pese a su rapidez y simpleza, se demuestra el oficio de quienes sabían manejar las piedras para construir y sostener.

Las tres casas de Nasarre.
En la foto de la izquierda Casa Aliena se encuentra a la derecha (la de la izquierda es Casa Español) y en la de la derecha se encuentra a la izquierda (la de la derecha es Casa Campo).

Las piedras hablan, casi con la única voz del aire, de la vida de las personas.

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