sábado, 19 de abril de 2025

UN NUEVO TRENSÚS

En una entrada anterior (ver aquí) dimos cuenta de algunos de los desaguisados provocados por el tremendo temporal de lluvia de primeros de septiembre del año pasado. Vamos a detenernos ahora a lo sucedido entonces en el Barranco Trensús.

El Barranco Trensús es el nombre con el que se conoce uno de los tramos, bien encañonado, de un afluente de la margen derecha del río Alcanadre:

El recuadro rojo delimita el Barranco Trensús (ver aquí). Aguas arriba (flecha roja izquierda) se denomina Barranco Foncina (ver aquí) y aguas abajo (flecha roja derecha) se llama Barranco a Peonera (ver aquí). El recuadro A señala el Salto Trensús (inicio del barranco, ver aquí) y el recuadro B el circo que da paso al tramo final.
La flecha naranja es un afluente. El círculo naranja sitúa el Paco Naya, el círculo rosa el Solano d'a Peonera y el recuadro naranja ubica la Peña San Martín (ver los tres aquí). La flecha rosa señala el Camino a Peonera (ver aquí)).

(Fuente ortofoto: aplicación Mapas de Apple, versión 3.0)
Vista desde lo alto de la margen izquierda del cañón.
Recuadro naranja: Aujero Trensús (ver aquí). Recuadro rojo: Salto Trensús. Flecha roja: Barranco Trensús. Se ve claramente como el Barranco Trensús es la continuación del Barranco Foncina.
Doble flecha rosa: Camino a Peonera.

El 6 de enero de 1993 estuvimos, José Antonio Cuchí y quien esto escribe, efectuando el descenso del Barranco Trensús. Tomé algunas notas y efectué un sencillo croquis:


En ambos se dice claramente la existencia de vegetación y el pobre interés deportivo fuera de los dos circos-escalón. También se menciona la foto de Briet y la existencia de carboneras.

No es nada extraño la existencia de vegetación en este barranco dado que su régimen es torrencial y normalmente se encuentra completamente seco salvo, en ocasiones, el corto tramo de cabecera. Siempre lo he visto así. Y cierto es también que la vegetación no era (ni es ahora) molesta durante la progresión por el cauce.

Y sí, se trata de un régimen torrencial. Una de esas avenidas tuvo lugar a principios de septiembre de 2024. Y no fue una avenida normal, tuvo un carácter extraordinario, el de las que se ocasionan muy de vez en cuando, muchas décadas. Más de un siglo como vamos a comprobar.

EL SALTO TRENSÚS
El cauce del Barranco Foncina cuando llega aquí cae por un vertical escalón rocoso y queda atrapado en el interior de un circo que da inicio al cañón del Barranco Trensús, ya lo hemos visto antes.
Este salto ya no está igual:

Efectivamente, la fuerza del agua ha dejado el escarpe limpio de vegetación, tan solo queda la estructura de toba.

Su base tampoco es la misma:

La foto de 1993 muestra el fondo tal y como era: un bosquecillo que clarea al llegar a las inmediaciones del Salto Trensús, junto a unos bloques de piedra. En nada se parece a la actualidad.

Veamos el Salto Trensús a lo largo de los años:

Desde la foto de Briet, con algo más de vegetación en el salto, las diferencias no han sido muy acusadas hasta el año pasado. Más de 100 años.

Efectivamente, el el circo que recibe al salto ha sido desmantelado por completo:

Una vista de conjunto. Cauce y bloques arrasados, el sustrato terroso y la vegetación desaparecidos por completo.
La altura de la flecha señalando el nivel del suelo y el tamaño de Anabel muestran el grado de desmantelamiento.

EL CIRCO ROCOSO
Los aproximadamente cien metros que siguen aguas abajo muestran en la actualidad el soporte rocoso que configura la base del circo. El agua se ha llevado por delante todo el manto de tierra, grava y vegetación:

El recuadro rojo señala el Salto Trensús.

Cuando finaliza la plataforma rocosa de este tramo de cabecera, al pié del último resalte, encontramos los restos del árbol que soportaba el rápel del Salto Trensús:

Tramo final de la plataforma rocosa del circo donde se encuentra el Salto Trensús (señalado por la flecha roja izquierda). La flecha roja derecha muestra el lugar donde se encuentra el árbol del antiguo rápel.
El árbol con las cintajos donde se fijaban las cuerdas de rápel.

LA MITAD SUPERIOR (EL AUJERO TRENSÚS)
Este tramo, inmediatamente aguas abajo del circo inicial, es el tramo más encañonado del barranco, enclaustramiento que es llamado Aujero Trensús. La densidad arbórea llega al mismo cauce y los grandes bloques también. Ni con unos ni con otros ha tenido contemplaciones el agua. Rocas desenronadas (de aspecto muy blanco) y grandes amontonamientos de troncos (incluídos árboles enteros).
Veamos algunos ejemplos siguiendo el curso del cauce:

Lugar por donde cruza el camino que desde la margen derecha conecta con el Camino a Peonera en la vertiente izquierda.

LA MITAD INFERIOR
Entre ese lugar, donde atraviesa el mencionado camino, y el circo que precede al final, el cauce sigue igual de arrasado:

Como en los grandes ríos, se muestran aquí a pequeña escala el surco del cauce y las terrazas fluviales. Y la estructura rocosa reaparece formando, como ya hemos visto desde la misma cabecera, nuevos resaltes.

Y llega el último escalón del barranco:

El vaso de roca viva, de nuevo visible y con algunas piedras de relleno arrastradas, muestran la arquitectura rocosa que ocasiona el circo y su nuevo salto.
El cauce se cae y, tanto en su umbral como abajo, se observa como el desmantelamiento ha seguido actuado y llevando adelante su trabajo de modificación.

LA DESEMBOCADURA
Cuando el Barranco Trensús llega a la zona llana, recibe un tributario por la derecha y gira 90º hacia la izquierda. En ese punto cambia, una vez más, de nombre y pasa a llamarse Barranco a Peonera. Precisamente por allí cruza el camino de mismo nombre.

Por la izquierda llega el Barranco Trensús y por la derecha se inicia el Barranco a Peonera. Ambos cauces confundidos en uno, desmantelados e igualados por la crecida. En primer plano y detrás del fotógrafo  llega el barranco tributario.
La doble flecha roja muestra el Camino a Peonera.

El ímpetu de la avenida de septiembre amontonó grava en la parte exterior de la curva:

El recuadro rojo muestra el montón de grava acumulado por el empuje del agua. La doble flecha roja recorre los cauces de ambos barrancos y en frente se distingue más grava proveniente del afluente. La doble flecha rosa sigue el Camino a Peonera.

LAS CARBONERAS
En 1908 Lucien Briet señalaba la existencia de carboneras en el ámbito del barranco. Aunque no tan visibles ya por el abandono y transcurso de los años, todavía se observan algunas. Entre ellas dos, muy próximas al cauce activo, se han librado por los pelos:

Esta carbonera, situada en la mitad superior, apenas ha resistido. Su plana superficie, casi tapada por la grava de arrastre, y el lateral, arrasado por las aguas, muestran el color oscuro que delata su pasado.
Más abajo, poco antes del cirquito final, otra carbonera, en la orilla derecha, no ha sufrido tanto por encontrarse en el lado de dentro de una pronunciada curva del cauce.

UNA AVENIDA DE EXCEPCIÓN
Desde septiembre del año pasado, el cauce que ahora observamos es algo impresionante. Pero, además, es de muy especial interés. Es un ejemplo palpable de los efectos de una crecida extraordinaria, de aquellas que se ven muy pocas veces a lo largo de una vida. Esta del Barranco Trensús no tiene parangón en el ámbito de la Sierra de Guara desde bastantes décadas. ¿Cuántas desde de la época de Briet? En su foto de de 2 de octubre de 1908 observamos un bosquecillo bien desarrollado en la base del Salto Trensús, es decir, entonces ya hacía mucho que por allí no había bajado una avenida como la sucedida ahora. Lo cuenta Briet en su texto (À Travers la Sierra de Guara (suite) III. Bulletin 2ème série, nº1, juillet 1909. Club Alpin Français, section du sud-ouest -consultable aquí- y en "Soberbios Pirineos" -ver página de Documentación-):
"De repente, nos encontramos con un claro que supone el final: se cierra, poético callejón sin salida, el barranco de Tresuns [sic]. Desde esta misma esplanada en la que estamos situados, las paredes surgen verticales, vertiginosas, rojizas, estriadas por lágrimas de duelo y forman un paso angosto sobre el que los arbustos forman un arco de ramas claras que se destaca contra el azul del cielo. Cada vez que llueve en abundancia, una magnífica cascada se precipita por esta grieta. La vegetación alcanza, al mismo tiempo, su apogeo. Voluminosos bloques de piedra se ocultan a medias bajo este aflujo silvestre, bajo este hermoso y agradable esplendor."
Podemos estar seguros de que una avenida torrencial de esta magnitud no ha tenido lugar en el Barranco Trensús desde hace al menos 117 años más los que hicieran falta para el crecimiento de un bosquecillo como el de la foto de Briet. ¿De cuanto estamos hablando? ¿150 años, más tal vez?

Claro está, esto concierne a este barranco, normalmente muy seco e irregular en su capacidad de respuesta. No hay más observar las fotos de aquellos años del mismo Briet o, algo antes, de Sain-Saud (ver aquí) del Barranco Mascún para comprobar que en aquel entonces los cauces estaban "limpios como una patena", como el de Trensús a día de hoy.


martes, 1 de abril de 2025

A LA SOMBRA DE LA CUCA BELLOSTA

Tan conocida como es la Cuca Bellosta, otra aguja permanece en el anonimato.
Aquella es tremendamente visible. Cualquiera que suba por a Costera d'Otín o remonte o Real de Mascún, dos itinerarios de lo más clásico en el Valle de Rodellar, queda inevitablemente impresionado por su porte.
Esta otra, en cambio, no está tan a mano. Y eso que, desde que se han ido dando más a conocer las cornisas que recorren el Barranco Mascún, queda perfectamente visible desde el Sendero d'as Peñas Altas.

La flecha roja superior sitúa la "otra aguja", y la flecha roja inferior la Cuca Bellosta.
(Fuente mapa: IGN, Mapa a la Carta)

La realidad es que no pasa desapercibida y eso pese a la abundancia de proas y crestas. La podemos ver si seguimos el Camino Pallebla, que recorre lo alto de la margen izquierda y que forma parte del itinerario que da la vuelta al Barranco Mascún (ver aquí):

Subiendo por el Camino Pallebla se empieza a divisar (recuadro rojo), asomando por encima de los escarpes.
Doble flecha rosa: Sendero d'as Peñas Altas. Doble flecha naranja: situación de os Escuros.
Por el mismo camino, ya más arriba, se distingue perfectamente (recuadro rojo).
Doble flecha azul: Canal d'a Pozeta (ver aquí). Doble flecha rosa: Sendero d'as Peñas Altas. Doble flecha naranja: as Zinglas (ver aquí).

Por la otra vertiente el Sendero d'as Peñas Altas pasa muy cerca y justo por encima de ella:


En la foto de la izquierda la aguja parece confundirse con la pared del cresterío que corre por detrás, pero en la imagen de la derecha ya la vemos bien diferenciada.


La aguja está muy bien individualizada. En su base un bonito tragaluz dispone un airoso arbotante.


LA HISTORIA OLVIDADA DE ESTA AGUJA
No sabemos con seguridad si esta aguja tuvo nombre, a quienes hemos preguntado de Otín no recuerdan que lo tuviera. La Cuca Bellosta se encuentra junto a fincas que tradicionalmente han sido de Casa Bellosta y, en este caso, el nombre y su recuerdo han venido rodados.

Sin embargo, esta aguja también ha sido subida, pero lo fue 20 años después de la Cuca, en mayo de 1975. Ninguna de las guías de escalada la menciona y no hay rastro que seguir al respecto entre la bibliografía... salvo en un número antiguo de la revista Pyrénées. En ella hay un pequeño dossier sobre la escalada en la Sierra de Guara, más concretamente sobre las entonces recientes vías largas del Valle de Rodellar.

Los recuadros rojos indican la aguja y la información de la escalada.
(Pyrénées, nº 104 octobre-décembre 1975 -consultable aquí-)

Se trata de una escalada completamente olvidada. Sorprendente porque, además, sus protagonistas son dos escaladores que eran muy conocidos, uno de ellos especialmente:


Izquierda: Ángel López "Cintero" en 2024. Derecha: Antonio Virgili en 2013.
(Fuente foto izda: F. Jiménez. Heraldo de Aragón, suplemento 'Aragón, un país de montañas', 22/2/2024)
(Fuente foto dcha: J. Vallés. Homenaje a Rabadá y Navarro -ver aquí-)

La cara que mira al fondo del Barranco Mascún es monolítica y muy vertical, sin embargo la que da cara a la pendiente presenta algún rellano herboso y es por aquí por donde fue subida. Algo "vegetal" parece el itinerario, pero es su único punto débil. Tampoco se detalla gran cosa la dificultad.

Y también resulta curioso el nombre (los nombres) con los que aparece en la citada revista. Primero figura como 'Aguja de Otín' y secundariamente como 'Félix Gurruchaga'. Del primero cabe suponer con seguridad que no se trata de un nombre autóctono y el segundo está equivocado. El nombre correcto tiene que ser Félix Cruchaga, que en aquel año era el presidente de la Federación Aragonesa de Montañismo, siguiendo la tradición de (re)bautizar agujas con el nombre de personalidades.

Félix Cruchaga, 2º presidente de la Federación Aragonesa de Montañismo.
(Fuente foto: Heraldo de Aragón, suplemento 'Aragón, un país de montañas', 21/2/2013)

¿Cómo conocieron la aguja y se les ocurrió ir hasta allí para escalarla? La Cuca Bellosta es muy fácil de encontrar y era muy conocida, pero el Sendero d'as Peñas Altas no lo era ni mucho menos en aquellos años y el libro de Pierre Minvielle, publicado el año anterior, no menciona nada de esa vertiente del Barranco Mascún.