lunes, 24 de octubre de 2022

REENCONTRADAS

Reencontradas por tercera vez, esta ya es la definitiva. Ya sabemos dónde están.
Fueron descubiertas por Esteban Anía hace alrededor de una veintena de años errando una de las entradas clásicas a uno de los últimos cañones del río Alcanadre. Con posterioridad su ubicación se ha ido resistiendo a  diferentes búsquedas.
Tiempo después y avisado de la zona por la que se halla, el forestal David Gómez volvió a toparse con ellas poco antes de su desgraciado accidente, por lo que su situación volvió a quedarse de nuevo a la espera.
Recientemente un amigo francés, Martin Rigaut, residente en estos lugares, ha dado inesperadamente con la desaparecida.
Avisados los especialistas (Paloma Lanau, de la Universidad de Zaragoza, acompañada del propio Martin y de Nacho Pardinilla) se valida su antigüedad. A los pocos días las visitamos nosotros y ese mismo día Esteban nos confirmó que, efectivamente, son las mismas que él encontró.
Un círculo, de varios miles de años, que se cierra.

Amplio pero escondido abrigo
Estas son las pinturas

Parece tratarse de dos cuadrúpedos y un antropomorfo, todos en negro y propios del arte esquemático.
Vistos los desconchados de la pared es posible que hubieran existido más representaciones.


viernes, 14 de octubre de 2022

DÉBILES RASTROS

Ya los hemos comprobado otras veces. Sabemos que en otros tiempos cuchareros y pastores campaban el monte y el interior de los cañones. Y que de todo ello bien poco sabemos y bien poco subsiste. Por ello nos causa emoción toparnos inesperadamente con alguno de sus rastros.
¿Inesperadamente? En cierta manera. Es verdad que hay que ir a por ellos, pero nunca se tiene la certeza de llegar a encontrarlos. Podemos pasar por sus inmediaciones, tenerlos a escasa distancia al otro lado del desfilado, pero, se esconden. Son poquita cosa y la vegetación ampara con discreción su soledad.

Algo de todo esto volvió a repetirse el otro día en el tramo de os Coderos (ver ficha explicativa aquí) del cañón del río Alcanadre.

Os Coderos (recuadro rojo y derecha) con la situación de los lugares cuya frecuentación se explica: cuchareros (flecha roja) y ganado (flecha azul).
(Fuente mapa: https://www.ign.es/iberpix/visor/)

CUCHAREROS
Suponemos que se trata de ellos. Tan exiguo es el lugar, apropiado tan solo para cortar troncos. Tan poco espaciosas estas fajas para guardar ganado alguno, al menos de una manera regular.

En primer plano se adivina el amplio meandro de os Coderos y el recuadro rojo sitúa el abrigo.

Es un simple abrigo. Sin embargo, un murito de muy pocas piedras, lo poco que subsiste del pequeño recinto que cerraba, delata un uso antiguo.


El murito en su parte mas visible y algunos troncos claramente cortados y parcialmente quemados. Y algo de la paja del suelo, y el sempiterno sirrio (cagaletas) de las cabras que todo lo campan.

En realidad son dos abrigos, contiguos y con visera protectora. Solo el de la derecha estaba cerrado, posiblemente el más utilizado. El de la izquierda solo guarda algo de la paja que se extendía por el suelo.
Ignoramos si este covacho se conocía por algún nombre. No todos lo tenían.

UN CURIOSO HOSPITAL
Frente a este ignorado covacho, al otro lado del cañón y bordeando el río, se extiende una alargada fajana con un nombre bien singular: o Saquillón d'os Sarnosos (para mayor detalle ver su ficha aquí).
Lo inaccesible del lugar (por ello el nombre de 'saquillón'), su vegetación y la garantía del agua, hicieron de él un resguardo para el ganado enfermo (de ahí lo de 'sarnosos').
¿Innaccesible? Salvo acceder a nado por el río, algo que no se hacía en aquellos tiempos y menos con cabras u ovejas, solo existía una forma de acceso posible con los medios de aquel entonces. Tan ingeniosa como valiente. Ya lo hemos explicado en la ficha mencionada.
Este acceso se ve muy bien desde las fajanas del covachón de los cuchareros:

Dos de las fajanas que recorren la vertiente izquierda de os Coderos. La más inferior de la imagen es el Saquillón d'os Sarnosos (punto naranja).
El recuadro rojo señala el 'gradón' de acceso en el que se distingue el pequeño árbol con la piedra de las fotos siguientes.


Izquierda: itinerario del dificultoso acceso (línea roja de puntos) con indicación del arbolito y la piedra (flecha naranja).
Derecha: el arbolito y la piedra.

Es todo lo que queda del viejo paso acondicionado, las trancas de madera desaparecieron hace mucho.
Suponiendo que alguien llegue a acercarse a estos lugares solitarios ¿quién hoy en día, desde lejos, se percata de esta pequeña piedra, el tronco, y puede imaginar que existe una explicación?
Si las piedras hablaran...